Mientras la película transcurría pensaba dos cosas, o todo en verdad estaba pasando y había un gemelo malvado a quien descubre, o en realidad era una sola persona con algún trastorno mental. Con la escena final me incliné más por la segunda opción, y ahí es donde empieza el intento por interpretarla.
Recién terminada la película te deja una sensación de no haber entendido absolutamente nada, pero esto me parece que es algo hecho con toda intención, ya que hasta mucho después tu mente continúa esperando encontrarle un lugar a los fragmentos de la película, o dicho en otras palabras: descifrar el orden del caos que te mostraron.
Lo que yo concluí es lo siguiente: Adam es un profesor de la universidad, tímido, retraído y muy poco sociable que vive con su esposa de varios meses de embarazo, que tiene además deseos y tendencias oscuras como la de ir a esas reuniones donde mujeres pisan arañas y por su puesto la infidelidad.
Estas tendencias le han causado problemas en su vida, por lo que la mente de Adam decide sacarlas de sí mismo, disociándose y haciéndolas propiedad de una persona aparte que nada tenía que ver con él (más que el parecido físico), alguien casi opuesto a él con una personalidad tan cínica que fácilmente podría hacerlas sin sentir culpa. Su esposa nota el comportamiento extraño en Adam (quien llama por teléfono preguntando por sí mismo), y va a buscarlo a la universidad; Adam no la reconoce por estar en ese proceso de disociación, donde no puede estar bien con ella hasta deshacerse de la parte que le está causando tanto tormento.
Manda entonces a esa persona poseedora de lo que rechaza en sí mismo, a encontrarse con su amante, quien al darse cuenta que es un hombre casado se altera y comienza la discusión que terminaría en la muerte de ambos, digo la muerte en tanto al personaje creado, porque al cuerpo físico que corresponde al de Adam, le queda únicamente una cicatriz en el pecho.
Con esto parece estar librado de sus conflictos internos, permitiéndole llegar a casa tranquilamente con su esposa, pero resulta que no y ahí tenemos al final la perturbadora araña que solo Freud sabe qué significará.
La película te envuelve en todo momento, tiene un ritmo lento que en combinación con la música y la estética crean una atmósfera intrigante y amenazante de la que no te puedes despegar. La actuación de Jake Gyllenhaal es tan buena que fácilmente distingues cuál personalidad es la que estás viendo en la pantalla. El final yo lo describiría como más que perturbador, aterrador, ya que esa imagen se queda grabada en tu cabeza y no es para nada agradable.
No sé si la interpretación que yo le doy sea la correcta, y no sé si siquiera haya una interpretación correcta, es una película que queda abierta a lo que el espectador decida ponerle, pero que sin duda te despierta emociones, te hace sentir, y te invita a pensarla, repensarla y pensarla de nuevo, así como verla más de una vez, porque una vez que llega a ti, lo hace para quedarse.